EL RESIDENTE.


Esta  instalación quiere reflexionar sobre la forma en que el individuo, sometido a la dictadura del estímulo masivo, asimila toda esa información  por medio de un nuevo sentido : la percepción distraída , que se traduce en un adormecerse de la conciencia y de los sentidos, hasta que lo recibido se convierte en una sopa, donde sólo perdura la temperatura de lo que ocurre, no los ingredientes , ni su sabor, todo fundido por ése mirar estrábico, que en un principio parece defensa personal, pero que no deja de ser una estrategia  sistemática de aniquilamiento  de la conciencia.

Partimos en éste trabajo, del espacio físico de  la fragua (parte interior de la fábrica) que todavía  no ha sido restaurado, y donde quedan las huellas , el hollín y la grasa de miles de ‘’experiencias ‘’ pasadas para  configurar la metáfora del interior de un cráneo humano , por su parecido físico, como psicológico. Fragua y cráneo son contenedores de  ardores, ollas a presión, ahora vistas  después de la erupción ,  únicamente presente  en rescoldos casi apagados y en el humo tóxico de aquellas vitalidades ya consumidas.

La  fragua – cerebro  aparece como metáfora del fuego integrador-desintegrador de la vida.

En éste ambiente nos encontramos con dos polos opuestos que marcan el ir y venir de la experiencia humana , yendo  del sofocante abrazo de lo que arde (l a fragua ) al balsámico frescor de lo húmedo ( depósito de agua) . Tenemos , pues, dos focos:

            -La Fragua , horno de cenizas y humores.

            -Un recipiente que refleja el anterior, pero de forma invertida, transparente  y lleno de agua fresca.

Entre ambos transcurre un camino representado por una vía, que sólo permite la ida y la vuelta, en un viaje continuo pero perezoso, asemejando la respiración de alguien que reposa. Espirar….inspirar…espirar…inspirar…

Como vehículo, sobre esa vía descansa un sillón, adornado con mandos a distancia, un mullido cojín  y una cálida mantita , todo ello imagen de la comodidad de ‘’nuestra sala de bienestar ‘’ desde donde contemplamos el mundo , convencidos de que todo pasa lejos, muy lejos de nuestro saloncito. Este trono- refugio va y viene por la vía. De lo abrasador a lo balsámico, y mientras lo hace, acciona el cambio de las imágenes que se filtran hacia el interior del cráneo-fragua   , desde el exterior , lejano ( quien sabe si ficticio) . Y en su discurrir de un lado a otro las imágenes se van  difuminando, pierden los contornos . Las imágenes se tornan indoloras, sólo aprehensibles  por las manchas de color que como bonitas luces iluminan nuestra guarida y recrean la eterna duda de la necesidad  de adaptación al medio, bloqueando los estímulos dolorosos y los placenteros (verdaderos motores de la vitalidad, que no conoce el futuro) e incluso los cotidianos, hasta hacernos insensibles.( FUNDIDO EN NEGRO-SE APAGAN LAS LUCES-¿VIDA?)





PARTICIPANTES


Mario Rubio , socio de la Fragua

Luis Aguirán , no socio


LUGAR DE REALIZACION


Parte no restaurada de la Fragua


TEMPORALIZACION


Alrededor de 15 días.


DESARROLLO DE LA ACCIÓN

 


En el interior de la fragua aparecen los siguientes elementos :



3 proyecciones de un actor gesticulando:

La primera con imágenes de tensión, odio, miedo, violencia, sobre imágenes en blanco y negro de estímulos cotidianos “negativos”.

La segunda con imágenes de actividades “habitualmente necesarias”: trabajo, viaje, supermercado, ocio asequible (TV).

La tercera con imágenes de deseos: amor, sexo, comida, música.

(proyecciones que irán difuminándose hacia una falta de precisión en el gesto, que terminará en una imagen parecida y un fundido en blanco)




1 sillón con mandos a distancia, mantita y cojín, desplazándose por una vía, traccionado por un motor. En su desplazamiento acciona las proyecciones.



Red de hilos de pescar que se entrecruzan por delante y por detrás de las proyecciones. Podrían ser más entrelazados por delante de las proyecciones con más intensidad (laterales)



Luces suaves que colorean la red de hilos.


2 tipos de visión:


-desde fuera, ante la puerta-agujero de la fragua, se vería la proyección central ( lo que hacemos), se podía acompañar de música suave, olor a gofres,.... para intensificar la idea de una sociedad feliz.

-una vez se traspasara el umbral se oyen los ruidos del motor, los clic de los proyectores,....y se ven las tres imágenes junto a la silla deambular de un extremo al otro. (La maquinaria del propio sujeto, imprecisa y ruidosa).






 
mario_rubio_noheda.htmlmario_rubio_noheda.html